La Semana Santa es una época de tradiciones en la que no puden faltar las procesiones… ni los dulces.
Esta época está asociada inevitablemente a las torrijas, elaboradas con pan, preferentemente del día anterior, empapado en leche con canela que tras pasarlo por huevo batido se fríe y espolvorea azúcar.
Pero no son el único dulce presente en las mesas de los hogares de Fuenlabrada. Un clásico son también los buñuelos de viento, esas deliciosas bolas de masa elaboradas con harina de trigo, manteca y huevos, fritas en aceite, que pueden estar rellenos de crema pastelera, chocolate, o nata.
Y qué decir de los bartolillos madrileños, deliciosas empanadillas rellenas de crema pastelera que suelen tomarse calientes. Son una auténtica tentación a la que nadie puede resistirse.
No pueden faltar tampoco los pestiños, dulces de origen árabe, que se elaboran con harina y huevo, se fríen en aceite de oliva y se bañan en miel. Su sabor y aroma son irresistibles.
Los huevos de Pascua son otra de las exquisiteces que se preparan durante estas fechas. Tienen diferentes formas y colores, lo que les da un toque muy especial.
Para terminar, no podemos olvidarnos de las rosquillas, con sabores variados como limón, naranja, anís, ron…
Te puede interesar:
- Te recomendamos -